CONCEPTO DE ESTADO. Etimológicamente[1],
del término Estado, puede distinguirse un origen antiguo que proviene de la
expresión civitas (que traduce tanto polis, como res publica), de un origen moderno que proviene del latín status. Civitas es usado en la antigüedad para designar las instituciones
políticas. Polibio afirmó que en la República se pueden distinguir tres tipos
de gobierno: Principado, Nobleza y Popular. Los antiguos identifican República
con el Estado, es decir, todos los Estados son Repúblicas. La republica designa
el genero y la especie. Status es de
uso común en la época moderna para designar al Estado. Maquiavelo comienza El príncipe “Todo Estado
es una República o un Principado”. En la época moderna se distingue el Estado
de la República, luego no todos los Estados son repúblicas, siendo Estado el
término general o el género y República el término especial. Así, mientras
civitas presupone identidad entre Estado y república, status presupone
distinción entre Estado y república.
Max Weber contempló que en el proceso de formación del
estado moderno concurrieron dos fenómenos el
monopolio de los medios de fuerza (armas) y de los medios de producción
(servicios públicos).
Semánticamente[2],
en un sentido amplio, el Estado es una organización
política del poder social (teoría de la continuidad. Leon Duguit), luego el Estado es una formación histórica que ha
existido siempre (p90) por lo tanto se vincula con la teoría de la continuidad
y concibe que existen más similitudes que diferencias entre la sociedad
antigua, medieval y moderna. La teoría de la continuidad está vinculada con una
definición amplia del estado; y, en una acepción restringida, es una organización política soberana del poder
social ejercida sobre una población y
un territorio determinado (teoría de la discontinuidad=tres elementos del estado, esto es, poder soberano, territorio y
población. George Jellinek), de este
modo “sería oportuno hablar de Estado
únicamente para las formaciones políticas que nacen de las crisis de la
sociedad medieval, y no para los ordenamiento anteriores” (p89), por lo
tanto se vincula con la teoría de la discontinuidad y concibe que existen más
diferencias que similitudes entre la sociedad antigua, medieval y moderna. La
teoría de la discontinuidad está vinculada con una definición restringida del
estado. Históricamente un precedente de los tres elementos se remonta al tratado de Westfalia (1648), -convenio
de paz firmado entre católicos y protestantes, en Europa-.
El uso antiguo
presupone una definición amplia del Estado, que etimológicamente puede ser
designada con la expresión civitas. La civitas
designa tanto la sociedad política como las formas de gobierno, esto es, el
género y la especie .
Ahora los argumentos
a favor de la continuidad –del Estado- se derivan de la incidencia de la filosofía
política antigua (la teoría política de Aristóteles sobre las formas de
gobierno; o la de Cicerón acerca de la identificación del rex y la lex) en la
época moderna.
El uso moderno
presupone una definición restringida del Estado que etimológicamente puede ser
designada con la expresión status. El
status es un término general y la res
publica especial que denota sólo una forma de gobierno. Ahora los argumentos a favor de la
continuidad –del Estado- se derivan de la existencia en la época moderna de una
realidad política nueva consistente en un poder concentrado y delimitado en un
territorio determinado que se identifica con dos criterios a saber (1) la
centralización de los medios de fuerza (armas) y de los medios de producción
(servicios públicos) y (2) la autonomía del poder político. Dos
interpretaciones de la discontinuidad son el materialismo histórico y el iusnaturalismo racionalista que
coinciden en afirmar que el nacimiento del Estado representa el tránsito de la
época primitiva (natural, salvaje, bárbara, asocial -ferina-) a la época civil,
donde civil significa civilizado, ciudadano (no natural, no salvaje, no
bárbaro, no asocial).
Para el materialismo
histórico el paso del no estado (época primitiva) al estado (época civil) se
determina por la propiedad privada, cuando por primera vez un hombre cercó un
terreno y dijo “esto es mío”. Con la propiedad privada (1) la sociedad se
divide en clases, a saber, propietarios y no propietarios, (2) evolucionan los
medios de producción, (3) evolucionan los medios de dominación, y (4) se genera
una competencia en la sociedad, cabe decir, la lucha de clases.
Para el
iusnaturalismo racionalista el paso del no estado (época primitiva) al estado
(época civil) se determina por el contrato social, entendido como el acuerdo de
voluntades de los hombres que instauran el estado civil. Ahora, el estado es
previo y fundado por los derechos naturales.
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